No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 1 Corintios 10:13.
¿Qué es la tentación? Es el medio por el cual aquellos que pretenden ser hijos de Dios son examinados y probados. Leemos que Dios tentó a Abrahán, que él tentó a los hijos de Israel. Esto significa que permitió que las circunstancias ocurrieran para probar la fe de ellos, y los guió para que lo buscaran en procura de ayuda. Dios permite que la tentación venga sobre su pueblo hoy para que pueda comprender que él es su ayudador. Si ellos se acercan a él cuando son tentados, él los fortalecerá para enfrentar la tentación... Las tentaciones vendrán sobre nosotros; pues por ellas somos examinados durante nuestra prueba. Esta es la prueba de Dios, la revelación de nuestros propios corazones. No hay pecado en sufrir la tentación; pero el pecado resulta cuando se consiente en la tentación...
A Job le fue permitido sufrir; fue severamente tentado; pero no quiso hablar una palabra contra Dios. Durante la vida terrenal de Cristo, los escribas y fariseos, instigados por Satanás, lo tentaron en toda forma posible. Pero él nunca permitió que estas tentaciones lo apartaran del camino de la obediencia. Cuando Dios habla, obedezcamos, no importa cómo el enemigo pueda tentarnos a desobedecer; pues el camino de la obediencia es el único camino seguro.
El ejemplo de Cristo nos muestra que nuestra única esperanza de triunfo consiste en la continua resistencia a los ataques de Satanás... Como vencedor, él nos ha dado el beneficio de su victoria, para que ... por su constante poder, bajo la tentación impetuosa, podamos resistir en su todopoderoso nombre y vencer como él venció.—The Signs of the Times, 12 de marzo de 1912.
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